Formentera: la isla de los sentidos

Acabamos de regresar de una de las islas más impresionantes del Mediterráneo: Formentera. Y lo hacemos con nuestra retina más que llena, con un equipaje que se ha multiplicado por dos y, ante todo, con el deseo exaltado de volver muy pronto.

Sin la ayuda de ciertos blogs fabulosos jamás habríamos descubierto sus rincones más emblemáticos, así que también nosotros queremos compartir algunos de los tesoros que hemos encontrado.

Formentera es especial. Sus playas de arena blanca, el sonido de las chicharras, sus pinares y hasta sus lagartos, hacen que el visitante entre en devenir con la isla desde el primer momento. Poca urbanización, mucha naturaleza respetada, un comercio exquisito, una gastronomía sensacional y un ambiente diferente al que se puede encontrar en otras playas, son algunos de los ingredientes que conforman su aura.

Hay mucha gente joven, la mayoría procedente de Italia. Tal vez éste sea el motivo por el que todo el mundo lleva ese look tan estupendo a cualquier hora y en cualquier lugar.

Integrados entre sus playas y acantilados se localizan seis núcleos urbanos: Sant Francesc de Formentera , Sant Ferran de Ses Roques, El Pilar de La Mola, Es Caló de Sant Agustí, La Savina y Es Pujols.

Por 140 euros por persona compramos nuestros billetes de ferries de Denia a Formentera y viceversa en www.balearia.com. Fueron dos horas y media de trayecto y un horario inmejorable: salida desde Denia a las 9,00 y regreso a las 21,00. Estuvimos de jueves a domingo y aprovechamos hasta el último minuto.

Una vez allí, alquilamos un coche en Autos Ca Marí, en el Puerto de La Savina. Tras hacer un intenso estudio de mercado nos pareció el sitio más económico: 52 euros al día un coche de gama básica, y 35 euros el alquiler de una moto. Nosotros cogimos un coche por varios motivos: por las maletas, por los abundantes caminos de polvo y porque conocemos a más de uno que ha sufrido desafortunadas caídas a causa del tráfico que se concentra durante los meses de julio y agosto. Eso sí, al ir en coche procurábamos llegar pronto a ciertas playas para no tener que aparcar demasiado lejos.

El teléfono de Ca Marí es 971 32 29 21. No hay que pagar por adelantado la reserva. Si hubiéramos ido más de cuatro días nos hubiera compensado llevar en el barco nuestro propio coche. Esta vez no. La cosa es calcular en función del número de personas y los días.

Como teníamos que facturar a las 8,00 de la mañana, decidimos dormir en Denia. Dani y Mariajo nos recomendaron el Hotel Adsubia -Avenida Miguel Hernández, 35-, que se ajustaba perféctamente a lo que buscábamos: algo sencillo, cerca del puerto y que estuviera bien. Cumplió nuestras expectativas por un precio muy económico -tratándose de julio-: 60 euros.

En Formentera sabemos lo que es alojarse en casa y en hotel. Al ir más de dos personas sale fenomenal de precio la primera opción, pero al ir sólo dos resulta más rentable el hotel. Formentera es una isla con muy pocos alojamientos que, para más complicación, mucha gente -sobre todo italianos- reserva de un año para otro. Así que imaginad nuestra sorpresa cuando en el mes de abril comprobamos que estaba todo hasta arriba. Afortunadamente quedaba una habitación libre en el Hostal Rafalet, en Es Caló de Sant Agustí. Ya lo conocíamos porque su restaurante es uno de los mejores de toda la isla.

Este es el hostal, su restaurante y las vistas desde nuestra terraza:

Tiene pocas habitaciones. La nuestra era pequeña, pero muy limpia y muy bonica. Vamos, que estuvimos de maravilla. Nos costó 100 euros la noche.

Allí predominan los pequeños hostales, los caseríos hippies que albergan a bastante gente y las casas de alquiler. También hay dos o tres grandes hoteles en la isla. Nos impresionó el Gecko, un hotelazo de diseño que descubrimos gracias a nuestra amiga Paqui: terraza Chill out, playita ideal con sus tumbonas,… En fin, vimos varios hoteles con buena pinta, aunque también algunos de ellos con malos comentarios en los foros. Todo es indagar. Desde luego, nosotros seguro que volveremos al Rafalet. Su dueño, Jaime, es un hombre encantador y toda una celebridad en Formentera.

Por supuesto, comimos en el Restaurante Rafalet, siempre lleno dada su merecida presencia en todas las guías. También nos llevamos en la maleta dos reservas realizadas con antelación y que recomendamos:

Un italiano con servicio, comida y localización de 10. Se encuentra en Els Pujols. Para llegar a él hay que seguir un sendero por la playa. ¡Su terraza es sensacional! Cenamos carpacho de pulpo, tallarinis con bogavante, pizza ibérica con miel y nueces, y unos postres impresionantes. Salimos por unos 30 euros por persona. Poco me pareció para semejante homenaje.

Es un clásico de la cocina creativa en Formentera. Cuando lo traspasaron, pasó a ser propiedad de la modelo internacional Eugenia Silva, a la que queremos felicitar porque nos encantó. Al no ser los platos demasiado grandes pudimos degustar más especialidades: cinco raciones, unas copitas de vino, postres y cafés por 25 euros/persona.

Recomendamos las milojas de foie.